La vuelta al mundo en un Citroën 2CV

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Una mallorquina y su mejor amiga emprenden el viaje de sus vidas para «autodescubrirse» y lo hacen sin billete de vuelta.

Ni será en 80 días ni subidas a un globo o un elefante. Ana Vega y Eva Serra se tomarán el tiempo que haga falta para dar la vuelta al mundo conduciendo un Citroën 2cv azul celeste de 1983, una pequeña joya descapotable que Vega encontró circulando entre Sencelles y Santa Eugènia: «El coche te habla, se ríe contigo y a veces se queja; es una maravilla y despierta sonrisas allá donde va», explica la joven con la devoción de quien se ha enamorado. «Es el vehículo perfecto para emprender el primer tramo de nuestro viaje: un recorrido por Mediterráneo hasta llegar a Estambul», revela la mallorquina, que hoy ya debe estar atravesando la Costa Brava con su oscura melena ondeando al viento.

Aunque Vega confiesa preferir la novela de Julio Verne sobre la serie de Willy Fogg, la inspiración a la hora de concebir esta aventura llegó a través del cine: «Vamos a seguir la línea de la película Thelma y Louise, road movie en la que dos fugitivas pisaban el acelerador a lo largo y ancho de las carreteras de Estados Unidos. Vega, según cuenta, se identifica con la pasional Louise, interpretada en la cinta por Susan Sarandon, y su compañera se ve reflejada en Thelma, encarnada por Geena Davis en 1991. ¿Y dónde queda el 2CV en este festival de analogías? «El coche será el Thunderbird, como en la película», responde la mujer, convencida de que es un nombre mucho mejor para su automóvil que «Barrufet», que es como le llaman sus amigas.

La película, tras su estreno, se erigió rápidamente en un canto a la libertad y al feminismo, los ideales que mejor resumen la razón de ser de este viaje: «La idea es apoyarnos la una a la otra, seguir nuestros instintos y dejarnos llevar, por eso no tenemos un itinerario fijado para después de Estambul. Una vez allí, iremos adonde nos guíe la vida», expone esta viajera empedernida.

Lanzarse a un episodio de este calibre no es fácil y requiere tomar una serie de decisiones drásticas: «Teníamos todo lo que se supone que hay que tener para ser feliz: trabajo estable, una carrera profesional, amigos, pareja, familia… pero aún así sentíamos que faltaba algo, que no llegábamos al estadio de felicidad al que todos aspiramos», confiesa esta licenciada en Humanidades y Periodismo. Vega asegura haberse desprendido de todo aquello que no le quepa en el maletero del Citroën 2CV. Ha dicho adiós a la ropa, a su piso –»un apartamento ‘supermoderno’ de bellas vistas en pleno centro–, a la moto, al trabajo y a más de 750 libros que ha repartido entre sus amigos con el objetivo sincero de fomentar la lectura.

«Cuando avisé en el trabajo se quedaron flipando. Mis excompañeros creen que somos un poco ‘hippies’ pero al final todo el mundo se ha volcado con la iniciativa», revela Vega, que sabe que durante el viaje se encontrará con cientos de imprevistos para los que se sienta más que preparada. Ha aprendido un poco de mecánica, se ha informado acerca de los intercambios y la economía colaborativa y cuenta con «una intuición tremenda para ver el peligro». Recuerda que una vez en Marruecos un grupo de hombres la acosaron con el objetivo de abusar de ella y ésta se defendió con lo único que encontró a mano. El resultado: «Acabé dando de leches a los hombres con una alfombra y conseguí que me dejaran en paz. Soy la mar de diplomática», resume.

Las peripecias de estas dos intrépidas se pueden seguir a diario en la web www.2femmesen2cv.com No esperen a su regreso para que les cuenten la aventura, pues, en palabras de Ana Vega, todo apunta a que no volverán.

Información actualizada en facebook: facebook.com/2femmesen2cv

Fuente: diariodemallorca.es