Salida a Almeida de Sayago (Zamora) 15 de agosto

Concentraciones

El Club 2CV de Salamanca realiza una salida al municipio de Almeida, debido a la invitación realizada por su Ayuntamiento….

El 15 de agosto hacemos una salida al municipio zamorano de Almeida de Sayago, debido a la invitación del Ayuntamiento del municipio.

PROGRAMA:

Saldremos de Salamanca a las 11:00 horas. (ser puntuales, intentar llegar a la gasolinera que está junto al Carrefour a las 10:45).
Como nos cae de camino el municipio de Ledesma, haremos una visita breve.

Sobre las 13 horas, llegaremos a Almeida de Sayago, visitaremos el pueblo.

A las 14:00 horas se celebra el baile típico «BAILE DE LA BANDERA» amenizado por el tamborilero de la localidad Arturo Mielgo.

Sobre las 15:00 horas comeremos unos cochinillos asados, dependiendo el número de asistentes sacrificarán dos o los necesarios. El que quiera podrá bañarse en la pisicina, abierta para todos los bicaballistas.

Sobre las 17:00 horas pasearemos los vehículos por las calles del pueblo hasta el Ayuntamiento, donde habrá una pequeña recepción.
Estacionaremos los coches en Pl. España, Pl. de la Iglesia y Pl. Mayor.

Se expondrán mas de 500 fotos sobre la concentración Internacional celebrada recientemente en Italia.

A las 17:30 Comienza un especial de las fiestas dedicado a los niños: Tabla de surf, gladiador, pista americana, futbolín humano…

Sobre las 19:00 horas iremos a ver el embalse de la Almendra, que está a menos de 10 kms.

No existen gastos de inscripción, ni de ningún tipo. Aunque es posible que pongamos un fondo de un par de euros por coche para comprar bebidas, si fuera necesario.

La comida es gratis para todos, pero es necesario conocer el número exacto de coches y asistentes para que nos preparen los cochinillos.

Las personas interesadas deberán confirmarlo, ANTES del 13 DE AGOSTO por e-mail a salamanca2cv@telefonica.net o al móvil 619335188. (Fermín)-

Colabora en esten encuentro de 2CV en las fiestas de la localidad, además del Ayuntamiento, la empresa local Harinas Almeida.

 

INFORMACION TURISTICA:

El municipio de Almeida se encuentra enclavado en la zona más meridional de la comarca de Sayago, en el km 70 de la carretera que une Salamanca con Bermillo; al SO de Zamora, su capital de provincia, a 37 km. de distancia y a la que se llega por la carretera que parte del propio pueblo. Su altura sobre el nivel del mar es de 799 m.

A cubierto del viento solano, del que le protege por el sur el cerro de El Branquial y por el noreste guarecido del «gallego», gracias a la abrigada de la cuesta del Gallo, el pueblo se asienta junto al cauce del riachuelo denominado «Rivera de Belén», afluente del Tormes, que divide su aglomeración urbana en dos mitades. El Puente Mayor, las Alcantarillas, el Puente de los Muertos y los Pontones han sido las vías de comunicación y tránsito entre ambos barrios, cruzando el cauce de esta rivera, flanqueada por huertos familiares, algunos prados y alamedas.

 

Almeida, en la actualidad, se muestra como uno de los pueblos más importantes de la comarca de Sayago, pues cuenta con un significativo equipamiento comercial y de servicios, del que se benefician los pueblos limítrofes: escuelas comarcales, tiendas de confección, zapatos y alimentación, farmacia, fábricas de harinas, empresas chacineras, bares, etc.

ETIMOLOGIA
En la tradición popular, la etimología de Almeida se confunde con su propio origen, según cuenta la leyenda transmitida oralmente de generación en generación.

En tiempos muy remotos parece que existieron siete pequeños asentamientos humanos en los contornos de la actual aglomeración urbana. Se dice que existió un «pueblo de Val de Santa María», por detrás del cementerio actual; el «pueblo de Val de Andrés», en la cuenca de un regato que desemboca en la rivera de Belén; el «pueblo de Val de San Pedro», cerca de aquella rivera; el «pueblo de Santa Elena», a la derecha de la carretera de Salamanca a su paso por el barrio de los Santarenes; y el «pueblo de Santa Úrsula», donde se eleva un enorme peñasco en cuya cima parece haber existido un castillo. Reza la tradición que en este castillo trabajaban esclavos, y su señor dominaba la región, o tenía jurisdición sobre las gentes y las tierras de alrededor.

Las familias que habitaban estas siete aldeas eran obligadas a retribuir al señor del castillo con la prestación de servicios en las tierras de éste, pudiéndo emplear únicamente una pequeña parte de su tiempo en sus propias cosechas y en la cría de sus ganados. Se cree que, por dificultades surgidas en el aprovechamiento de los pastos y aguas, las disputas entre algunos de esos núcleos pudieron haber sido constantes. De ahí que surgiera la necesidad de llegar a un acuerdo que garantizara la estabilidad y la paz, acabando de una vez por todas con las contiendas vecinales. Se decidió así encontrar un lugar céntrico que simbolizaría el punto de concordia de todos.

Este lugar empezó a ser conocido por «el medio» y, con el paso del tiempo, evolucionó hasta configurar el nombre y el emplazamiento actual de Almeida.
Por otra parte, A. Zahoor en su obra Names of arabic origin in Spain, Portugal and the America identifica la voz Almeida con «al-Ma’idah», que significa «la mesa puesta» (The Table Spread). En la hipótesis, para nada improbable del origen árabe del toponímico, como atestigua el hecho de figurar en el nomenclator de su callejero la «Calle del Moro», éste sería el indicativo ancestral de la hospitalidad y familiaridad de sus habitantes para con los huéspedes y visitantes. Virtud que se ha mentenido a los largo de la historia y se perpetúa hasta nuestros días, dignificando a tan acogedor lugar y enalteciendo la reputación de sus gentes.

LA HISTORIA
Paralela a la de la comarca de Sayago, la historia antigua específicamente circunscrita al municipio de Almeida acredita con vestigios catalogados la presencia celta, romana y árabe. Después, en el medievo conoció el régimen feudal, sin descartar la soberanía templaria, ni tampoco el establecimiento de alguna colonia judía. El dólmen celta de los Hervideros de San Vicente, descubierto por el historiador P. Morán en 1935, pone de manifiesto las creencias de nuestros antepasados y el tesón, energía y fortaleza con que se entregaban a sus ritos.

El Puente Romano, sobre la rivera de Belén, conjuga la estética con la funcionalidad perfectamente, armonización que caracteriza toda las manifestaciones del legado romano.
A la Edad Media pudieran corresponder los vestigios de un castillo ubicado en la cima de la Peña de Santa Úrsula. Tal vez el del señor feudal a que la tradición oral hace mención, al explicar el origen del propio nombre de Almeida.

El «Catastro de Ensenada» de 1751 nos muestra una población que se encuentra en un gran atraso social y económico. Pero, un siglo después, el correspondiente a 1854 nos revela una progresión espectacular. Aparece por primera vez la escuela, con 80 alumnos; el número de carreteros aumenta de 1 a 9; hay 4 molinos harineros; 5 herreros, 9 canteros; 12 mercaderes y trajineros y 24 tejedores de gergas, mantillas, paño burdo, alforjas y costales. Se acredita también la presencia de médico, boticario,albeitar y tres curas.
En 1845, Pascual Madoz señala una población de 1.200 almas, ocupando 260 casas y menciona una ermita «titulada del Santo Cristo del Humilladero», así como que «Almeida es patria de Antonio Villamor, coetaneo de Palomino, que le llamaba su competidor; murió en 1729 a los 68 años de edad y tuvo mucho crédito como hábil profesor, de los cuáles dan testimonio varias obras que dejó en la iglesia de Salamanca».

LA TIERRA
El término municipal tiene una extensión de 63,64 km. cuadrados (76,6 incluyendo Escuadro), repartida en casi idéntica proporción entre tierras de cultivo, baldío y pastos (prados y valles).

Sobre el bloque granítico que da asiento a Sayago, la mayor parte de su tierra es poco densa, arenosa y con muy alta concentración de sílice; difícil de cultivar y afectada por un clima continental de temperaturas extremas. Un tipo de terreno propicio casi exclusivamente para el cultivo de centeno, por ser un cereal resistente y muy poco exigente.

En la zona oeste el terreno es rocoso, con abundantes berruecos de granito que toman formas caprichosas: unos como grandes sombreros, otros como perfiles de gigantes zoomórficos. Y aún rocas a las que se les han atribuidos nombres que hacen mención a sus formas o características (la «Peña de la Mujer», «La Campana»). Esta zona es agreste y, al no ofrecer espacio suficiente para la labranza, quedó desde antiguo reservada para el pastoreo.

Finalmente, al norte, se extiende el lugar conocido por «La Cueva» de unas 150 ha. de superficie, y al suroeste, otro denominado «El Conejal» con cerca de 657 Ha., ambos poblados con bosques de encina y vegetación áspera, matorrales y carrascas.

LA IGLESIA PARROQUIAL
La iglesia parroquial, de estilo gótico, está dedicada a San Juan Bautista y responde, en su arquitectura, al tipo de templos característico de los pueblos sayagueses, siendo el único monumento reseñable.

Es de una sola nave, dividida en cuatro tramos a base de grandes arcos fajones. Destaca la cabecera que corresponde al presbiterio, sobresaliendo en altura y cubierta con bóveda de aristas. En el tercer cuerpo se sitúan dos puertas laterales, destacando la del lado Sur que se abre a un soleado atrio, conformado por los contrafuertes del segundo y tercer arco, a la que se accede por una escalinata y se la considera como la principal. La estilizada espadaña del campanario prolonga en altura el muro posterior que cierra el ultimo tramo, en cuyo interior se halla una tribuna de madera, utilizada como coro y desde la que se sube al campanario.

Exteriormente, frente a cada arco fajón, un contrafuerte. Una cornisa de talón remata los muros a base de sillares rectangulares de granito, colocados a soga .Cubierta a dos aguas y tejas curvas. Su construcción podemos fijarla en la segunda mitad del Siglo XVI.

El retablo mayor es de estilo plateresco de transición al barroco (S. XVII). Consta de tres cuerpos y tiene cinco lienzos de la misma época (escuela italianizante), más dos relieves en el centro y otros dos en la base. En su calle central, destaca en el nicho principal una talla de San Juan Bautista, atribuida a la escuela de Gregorio Hernández por el profesor Gómez Moreno, así como todo el retablo.

Otra pieza importante es el sagrario, de estilo clásico, con base circular y tres cuerpos. Es anterior al propio retablo que lo alberga (S. XVI).

El lienzo «Virgen del Carmen con santos carmelitas» es obra de J. Carreño de Miranda.
En uno de los altares laterales una estupenda talla barroca de San Sebastián (S.XVII), de 1,10 m., impresiona por su calidad artística y el dramatismo de su expresión en el martirio.

Otras piezas notables son: un cáliz de plata con relieves y adornos, que data del S. XVI y mide 0,25 m.; y una cruz parroquial de cepa redonda, realizada en plata en el S. XVII.

MONUMENTOS

LAS FIESTAS
En el mes de agosto las fiestas patronales en honor de San Roque y Nuestra Señora constituyen un motivo de encuentro y convivencia de los hijos del pueblo, emigrados y dispersos durante el año, con familiares, amigos y paisanos. Al celebrarse en pleno periodo vacacional (15, 16 y 17 de agosto) los festejos programados para niños, jóvenes y adultos cuentan también con una masiva asistencia de visitantes llegados de toda la comarca.

Las verbenas de la Plaza Mayor reúnen hasta la madrugada a una gran parte de la juventud sayaguesa que, atraída por los ritmos que las excelentes orquestas contratadas proponen para el baile, no ven la hora de retirarse a descansar cada noche.

Los días de la Fiesta Mayor tiene lugar el tradicional «baile de la bandera» al término de las celebraciones religiosas. Esta original manifestación folklórica, de claras reminiscencias guerreras, se mantiene actualmente en escasísimos lugares, en toda España, añadiendo por ello especial interés a su continuidad y pervivencia en Almeida.

El día 17 de agosto, desde tiempo inmemorial, es costumbre que las fiestas culminen con la celebración de un interesante festejo taurino en la plaza de toros permanente que el pueblo posee. «Sin toros -dicen los de Almeida- no hay fiesta». Y en ocasiones, los jóvenes obligaron a improvisar este festejo a algún alcalde que no lo tenía previsto, bajo amenaza de movilización general.

La proverbial hospitalidad de Almeida se manifiesta sublimada en estos días de fiesta. Si durante todo el año los visitantes son aquí acogidos como amigos, en estas fechas se les recibe con especial entusiasmo y simpatía, haciendo todo lo necesario para alegrar su estancia y conseguir que se lleven el más grato recuerdo de su visita a la localidad. A esta grata sensación han de contribuir en buena parte las pitanzas típicas que, en base a sus excelentes embutidos y chacinas, atraparán sin remisión a los más exigentes gastrónomos y amantes de la buena mesa.

 


Documentación aportadada por:
José Martín Barrigós
Periodista
revista@coma.es
Web: Tierras de Sayago

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