Un uruguayo recorre los cinco continentes en un Citroën de 1977 Inició el viaje en 2007 y entre sus escalas está Guadix y Granada.
DESDE que Colón colocó en pie un huevo no han faltado quienes hayan querido comprobar por sí mismos que la tierra es ‘redonda’. La vuelta al mundo se ha convertido desde hace cinco siglos en la hazaña más grande que pueda emprender un humano -hasta que llegó a la Luna-. Uno de los últimos en intentarlo es el uruguayo Mario Sabah y lo hace en solitario a bordo de su Citroën Mehari, un vehículo de 1977.
Sabah es un uruguayo que inició la vuelta al mundo en el «segundo coche» de su familia. Dejó atrás negocios, amigos y familia y se puso a dar la vuelta al mundo en febrero de 2007. Por delante, cinco continentes y una historia que contar que se construye día a día. Y aunque parezca que este viajero realiza el recorrido en solitario, en realidad el sueño está muy conectado con sus dos hijos, con quienes inició la vuelta al mundo hace 10 años. Si la de Phileas Fogg nació en un desafío en el Reform Club londinense, la de este uruguayo también nació en otro desafío en el que su Mehari salió victorioso frente a un potente todo-terreno hace 10 años.
De país a país
Sabah ya ha recorrido toda América, de Sur a Norte, y ahora se encuentra en Europa. De momento ha llegado desde Uruguay hasta Guadix. Con su viaje pretende tres objetivos: difundir el conocimiento sobre su país -su vehículo está repleto de símbolos patrios y banderas-, ser el primer uruguayo en recorrer los cinco continentes a bordo de un Mehari y, por último, contactar con los uruguayos de la «diáspora» para que no pierdan el contacto con sus orígenes y, de paso, intentar convencerles de que vuelvan a su país. Dice que este objetivo ya lo ha conseguido al menos con cuatro familias.
Dice Sabah que «para que los sueños sean posibles, por locos que sean, se deben gestar en nuestras entrañas, en lo profundo de nuestro ser y lo demás es estrategia, constancia, tenacidad y paciencia». Así es como se comienza una vuelta al mundo, con un primer paso que se dio en febrero de 2007 y que después de algo más de un año ha dado «sorpresas». El recorrido inicial se ha modificado, las averías en un coche con 30 abriles no han faltado, cada día es una aventura y el mañana, comenta Sabah, no es la principal preocupación. Un viaje así -explica- lo acerca a una sensación de libertad. Sabah es un hombre optimista y no parece dispuesto a que los contratiempos conviertan su sueño en pesadilla.
El émulo sobre ruedas de Magallanes no quiere casarse con nadie. Eso aumenta más su sensación de libertad. No descarta patrocinadores, pero no quiere que su viaje, en el que se mezcla planificación y un poco dejarse llevar por los acontecimientos, esté condicionado por otros intereses que no sea la idea romántica de dar la vuelta al mundo. No obstante, su coche, aparcado junto al bar de la Sociedad de Cazadores en Guadix, muestra a través de pegatinas que su aventura despierta el interés y la simpatía de diversas firmas comerciales y medios de comunicación de su país.
Total austeridad
Y no hay nada como ponerse en movimiento para comprobar que una idea por loca que parezca, en realidad no lo es. Mario ha encontrado en España a Miguel del Castillo, un logroñés que prepara su vuelta al mundo con otros tres amigos en dos Citroën 2CV.
Aunque la actual crisis energética pueda hacer suponer que su aventura, además de una locura, es cara, Sabah dice que su vehículo es económico y «consume muy poco». Lo cierto es que mirando al Mehari el viaje es además una demostración de austeridad.
-¿Y después qué?
Sabah se encoge de hombros, sonríe y dice «no lo sé, lo mismo escribo un libro, o tal vez no». De momento, su principal preocupación era hacer la siguiente etapa, que ayer terminó en Granada.
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Fuente: ideal.es